2 de noviembre de 2015

"Once more unto the breach, dear friends, once more..."

Seguimos luchando por sacar proyectos adelante, la medida de nuestros sueños no decae, sobre todo porque los más jóvenes están sacando lo que llevan dentro y tienen ganas de enseñárnoslo.




Este es el nº 3 de ELIS El Cultural, la revista de los estudiantes del centro donde ejercemos de profesores (aunque la gran aspiración sigue siendo la de "educadores"), con artículos, ideas e inquietudes que ellos mismos redactan.
Espero que la disfrutéis, no ha sido fácil...

3 de septiembre de 2015

"Campeones del Mundo de Sueños Rotos..."


16 de junio de 2015

Los Últimos Románticos



Ése seguramente es el carácter de estos últimos románticos que aderezan sus ansias de revolución con los placeres oscuros de la poesía de Baudelaire, de Rimbaud… La protesta que dirigen al mundo que no los quiere en sus planes a menudo la confunden con objetivos poco claros, porque esa revuelta interior sólo se puede conseguir desde el conocimiento pleno de uno mismo, no desde la imposición, sino desde la reflexión. Vendrán años propicios para eso, aunque lo que ahora apetece es derribar los cimientos de un mundo que ya no consideran que deba dictarles unas normas.
Como siempre, se aprende de ellos, de cada uno puedes sacar grandes cosas: la determinación de Antonio, el gusto por la lectura de Sunnie, la prudencia de Ling Zhi, la perseverancia de Stevie, las divagaciones de Toby, las ganas de Tyler, la lucha contra la pereza de Erik, la ironía de Andrés, la elegancia de Marta, la aparente apatía de Alexey o el talento de Esther… Se ofrecen a la vida como se da el amor de los años que han dejado atrás y los que están a punto de comenzar.

Hay un hueco junto a Ulises en el nuevo viaje, y junto a Juan Preciado o Frodo Bolsón, o junto a todos los que han andado el camino antes que vosotros. Buena suerte.

4 de mayo de 2015

"No luce la luna sin traérmela en sueños..."


Con los catorce o quince años recién cumplidos no era lo habitual dejarse seducir por el magnetismo y el carácter de aquel tremendo disco de Radio Futura. "La Canción de Juan Perro" supuso, para los que ignorábamos lo obvio, queriendo o sin querer, el tipo de aventura musical que estábamos buscando: un giro a la inocencia de los años de la infancia, una poesía que no estuviera en los libros y una ruptura con lo que venía suponiendo el pop-rock más comercial.
Si, además, se van las horas con este homenaje al poema de Edgar Allan Poe, sabes que acabarás en la biblioteca buscando "El Corazón Delator" o "Los Crímenes de la Calle Morgue", o sorprenderte dedicándole alguna tarde aburrida de domingo a ver las películas de Roger Corman, por poner un principio...



La versión de Santiago Auserón y su banda...

"Hace muchos, muchos años, en un reino junto al mar 
habitó una señorita cuyo nombre era Annabel Lee, 
y crecía aquella flor sin pensar en nada más 
que en amar y ser amada, ser amada por mí. 

Éramos sólo dos niños mas tan grande nuestro amor 
que los ángeles del cielo nos cogieron envidia 
pues no eran tan felices, ni siquiera la mitad 
como todo el mundo sabe, en aquel reino junto al mar. 

Por eso un viento partió de una oscura nube aquella noche 
para helar el corazón de la hermosa Annabel Lee, 
luego vino a llevársela su noble parentela 
para enterrarla en un sepulcro en aquel reino junto al mar. 

No luce la luna sin traérmela en sueños 
ni brilla una estrella sin que vea sus ojos, 
y así paso la noche acostado con ella 
mi querida hermosa, mi vida, mi esposa. 

Nuestro amor era más fuerte que el amor de los mayores 
que saben más como dicen de las cosas de la vida, 
ni los ángeles del cielo ni los demonios del mar 
separaran jamás mi alma del alma de Annabel Lee. 

No luce la luna sin traérmela en sueños 
ni brilla una estrella sin que vea sus ojos, 
y así paso la noche acostado con ella 
mi querida hermosa, mi vida, mi esposa. 

En aquel sepulcro junto al mar 
en su tumba junto al mar ruidoso. 
Hace muchos, muchos años en un reino junto al mar 
habitó una señorita cuyo nombre era Annabel Lee 
y crecía aquella flor sin pensar en nada más 
que en amar y ser amada, ser amada por mí"




Y el original de Poe...


"It was many and many a year ago,
In a kingdom by the sea,
That a maiden there lived whom you may know
By the name of Annabel Lee;
And this maiden she lived with no other thought
Than to love and be loved by me.

I was a child and she was a child,
In this kingdom by the sea;
But we loved with a love that was more than love-
I and my Annabel Lee;
With a love that the winged seraphs of heaven
Coveted her and me.

And this was the reason that, long ago,
In this kingdom by the sea,
A wind blew out of a cloud, chilling
My beautiful Annabel Lee;
So that her highborn kinsman came
And bore her away from me,
To shut her up in a sepulchre
In this kingdom by the sea.

The angels, not half so happy in heaven,
Went envying her and me-
Yes! - that was the reason (as all men know,
In this kingdom by the sea)
That the wind came out of the cloud by night,
Chilling and killing my Annabel Lee.

But our love it was stronger by far than the love
Of those who were older than we-
Of many far wiser than we-
And neither the angels in heaven above,
Nor the demons down under the sea,
Can ever dissever my soul from the soul
Of the beautiful Annabel Lee.

For the moon never beams without bringing me dreams
Of the beautiful Annabel Lee;
And the stars never rise but I feel the bright eyes
Of the beautiful Annabel Lee;
And so, all the night-tide, I lie down by the side
Of my darling- my darling- my life and my bride,
In the sepulchre there by the sea,
In her tomb by the sounding sea. 

30 de abril de 2015

Ángel González: "A Mano Amada"

Aprovecho el último aliento de frío de finales de abril para retomar la publicación en el blog, después de un periodo no precisamente fácil, con el mismo ánimo de la primera vez, esa conmoción en la linealidad de nuestra vida para mostrar lo que a menudo nos hemos perdido mientras nos dedicábamos a la tarea, a veces asombrosa, casi siempre monótona, de vivir.




Exprimamos, para confundir y conmover corazones, la poesía más sentidamente amorosa del gran Ángel González, y aceptemos su invitación a dejarnos asaltar así... a mano amada.



"Mientras tú existas, 
mientras mi mirada 
te busque más allá de las colinas, 
mientras nada 
me llene el corazón, 
si no es tu imagen, y haya 
una remota posibilidad de que estés viva 
en algún sitio, iluminada 
por una luz—cualquiera... 
                                                Mientras 
yo presienta que eres y te llamas 
así, con ese nombre tuyo 
tan pequeño, 
seguiré como ahora, amada 
mía, 
transido de distancia, 
bajo ese amor que crece y no se muere, 

bajo ese amor que sigue y nunca acaba."



"Adiós. Hasta otra vez o nunca. 
Quién sabe qué será, 
y en qué lugar de niebla. 
Si habremos de tocarnos para reconocernos. 
Si sabremos besamos por falta de tristeza. 
Todo lo llevas con tu cuerpo. 
Todo lo llevas. 
Me dejas naufragando en esta nada 
inmensa. 
Cómo desaparece el monte 
-me dejas…-, 
se hunde el río 
-…en esta…-, 
se desintegra la ciudad. 
Despiertas."


"Estos poemas los desencadenaste tú,
como se desencadena el viento,
sin saber hacia dónde ni por qué.
Son dones del azar o del destino,
que a veces
la soledad arremolina o barre;
nada más que palabras que se encuentran,
que se atraen y se juntan
irremediablemente,
y hacen un ruido melodioso o triste,
lo mismo que dos cuerpos que se aman."



"Me he quedado sin pulso y sin aliento 
separado de ti. Cuando respiro, 
el aire se me vuelve en un suspiro 
y en polvo el corazón, de desaliento. 
No es que sienta tu ausencia el sentimiento. 
Es que la siente el cuerpo. No te miro. 
No te puedo tocar por más que estiro 
los brazos como un ciego contra el viento. 
Todo estaba detrás de tu figura. 
Ausente tú, detrás todo de nada, 
borroso yermo en el que desespero. 
Ya no tiene paisaje mi amargura. 
Prendida de tu ausencia mi mirada, 
contra todo me doy, ciego me hiero."



 CUMPLEAÑOS DE AMOR

"¿Cómo seré yo
cuando no sea yo?
Cuando el tiempo
haya modificado mi estructura,
y mi cuerpo sea otro,
otra mi sangre,
otros mis ojos y otros mis cabellos.
Pensaré en ti, tal vez.
Seguramente,
mis sucesivos cuerpos
—prolongándome, vivo, hacia la muerte—
se pasarán de mano en mano,
de corazón a corazón,
de carne a carne,
el elemento misterioso
que determina mi tristeza
cuando te vas,
que me impulsa a buscarte ciegamente,
que me lleva a tu lado
sin remedio:
lo que la gente llama amor, en suma.
Y los ojos
—qué importa que no sean estos ojos—
te seguirán a donde vayas, fieles."


CANCIÓN DE INVIERNO Y DE VERANO

"Cuando es invierno en el mar del Norte 
es verano en Valparaíso. 
Los barcos hacen sonar sus sirenas al entrar en el 
             puerto de Bremen con jirones de niebla y de hielo en sus cabos,
mientras los balandros soleados arrastran por la superficie del Pacífico Sur bellas    bañistas. 
Eso sucede en el mismo tiempo, 
pero jamás en el mismo día. 
Porque cuando es de día en el mar del Norte 
-brumas y sombras absorbiendo restos 
de sucia luz-
es de noche en Valparaíso 
-rutilantes estrellas lanzando agudos dardos 
a las olas dormidas. 
Cómo dudar que nos quisimos, 
que me seguía tu pensamiento 
y mi voz te buscaba -detrás, 
muy cerca, iba mi boca. 
Nos quisimos, es cierto, y yo sé cuánto: 
primaveras, veranos, soles, lunas. 
Pero jamás en el mismo día." 


A MANO AMADA

"A mano amada, 
cuando la noche impone su costumbre de insomnio, 
y convierte 
cada minuto en el aniversario 
de todos los sucesos de una vida; 
allí, 
en la esquina más negra del desamparo, 
donde el nunca y el ayer trazan su cruz de sombras, 
los recuerdos me asaltan.

Unos empuñan tu mirada verde, 
                                                      otros 
apoyan en mi espalda 
el alma blanca de un lejano sueño, 
y con voz inaudible, 
con implacables labios silenciosos, 
¡el olvido o la vida!, 
                                           me reclaman.

Reconozco los rostros. 
                                   No hurto el cuerpo. 

Cierro los ojos para ver más hondo, 
y siento 
que me apuñalan fría, 
justamente, 
con ese hierro viejo: 
                                             la memoria."


CARTA SIN DESPEDIDA

"A veces,
mi egoísmo me llena
de maldad,
y te odio casi
hasta hacerme daño
a mí mismo:
son los celos, la envidia,
el asco
al hombre, mi semejante
aborrecible, como yo
corrompido y sin remedio,
mi querido
hermano y parigual en la desgracia.

A veces —o mejor dicho:
casi nunca—,
te odio tanto que te veo distinta.
Ni en corazón ni en alma te pareces
a la que amaba sólo hace un instante,
y hasta tu cuerpo cambia
y es más bello
—quizá por imposible y por lejano.

Pero el odio también me modifica
a mí mismo,
y cuando quiero darme cuenta
soy otro
que no odia, que ama
a esa desconocida cuyo nombre es el tuyo,
que lleva tu apellido,
y tiene,
igual que tú,
el cabello largo.
Cuando sonríes, yo te reconozco,
identifico tu perfil primero,
y vuelvo a verte,
al fin,
tal como eras, como sigues
siendo,
como serás ya siempre, mientras te ame."


 CARTA 

"Amor mío: 
               el tiempo turbulento pasó por mi corazón 
igual que, durante una tormenta, un río pasa bajo un puente: 
rumoroso, incesante, lleva lejos 
hojas y peces muertos, 
fragmentos desteñidos del paisaje, 
agonizantes restos de la vida. 

Ahora, 
todo ya aguas abajo 
-luz distinta y silencio-, 
quedan sólo los ecos de aquel fragor distante, 
un aroma impreciso a cortezas podridas, 
y tu imagen entera, inconmovible, 
tercamente aferrada 
-como la rama grande 
que el viento desgajó de un viejo tronco- 
a la borrosa orilla de mi vida."


YA NADA AHORA

"Largo es el arte; la vida en cambio corta
como un cuchillo
                                    Pero nada ya ahora
—ni siquiera la muerte, por su parte
inmensa—
podrá evitarlo:
                              exento, libre,
como la niebla que al romper el día
los hondos valles del invierno exhalan,
creciente en un espacio sin fronteras,
este amor ya sin mí te amará siempre."


19 de enero de 2015

"The Days Run Away like Horses Over the Hill"



Siempre vernos como niños,
exploradores de todo, sin conciencia
ni fracasos, sin motivos ni distancias,
aceptarme de nuevo entre tus brazos,
vaciar la memoria hasta los huesos,
tener de nuevo aquella página en blanco
frente a mí, y estar asustado.


José M. Rodríguez: La Vida que eras Tú