16 de septiembre de 2014

"El trabajo de un poeta consiste en hacer que el lenguaje haga frente al vacío"



Se le atribuyen a menudo estos pensamientos al ensayista y poeta bostoniano Ralph Waldo Emerson (1803-1882), padre de la filosofía idealista y romántica norteamericana, cuya obra influyó poderosamente en la de su contemporáneo y amigo Henry David Thoureau. Después de viajar a Europa y dejarse empapar por los también poetas, ensayistas y filósofos Samuel Taylor Coleridge y Thomas Carlyle, a los que consideró una decisiva influencia en su vida y en su obra, comenzó una exitosa etapa como conferenciante recorriendo los EEUU.
En su esclarecedor ensayo, "The Poet", Emerson afirma:



Los poetas son dioses liberadores,
cada pensamiento es una cárcel,
cada cielo es también una cárcel,
así pues amamos al poeta,
al inventor, quien en cualquier forma,
sea en una oda o una acción
o en el aspecto y el comportamiento,
nos ha cedido un nuevo pensamiento.
El poeta nos desata las cadenas
y nos deja entrar en un mundo nuevo.



Y parece necesario, entonces, dejarnos sorprender descubriendo su poesía...


A moody child and wildly wise
Pursued the game with joyful eyes,

Which chose, like meteors, their way,

And rived the dark with private ray:

They overleapt the horizon’s edge,

Searched with Apollo’s privilege;
Through man, and woman, and sea, and star,
Saw the dance of nature forward far;
Through worlds, and races, and terms, and times,
Saw musical order, and pairing rhymes.
Olympian bards who sung,
Divine ideas below,
Which always find us young,
And always keep us so.




Los ojos llenos de alegría de ese muchacho caprichoso y salvaje 
dibujan su órbita como meteoros, bordeando la oscuridad

con su rayo secreto. Saltan sobre la línea del horizonte

en pos del privilegio de Apolo: miran a través del hombre

y de la mujer, del mar y de las estrellas: miran la danza

de la naturaleza y miran más allá, a través de las lenguas
y de las razas y de los confines del tiempo. Esos ojos
miran el orden musical y la armonía de los poetas
que en el Olimpo cantaron a las divinas ideas.
Esos ojos nos hallarán siempre jóvenes;
siempre nos mantendrán así.



The Past
The debt is paid,
The verdict said,
The Furies laid,
The plague is stayed,
All fortunes made;
Turn the key and bolt the door,
Sweet is death forevermore.
Nor haughty hope, nor swart chagrin,
Nor murdering hate, can enter in.
All is now secure and fast;
Not the gods can shake the Past;
Flies-to the adamantine door
Bolted down forevermore.
None can re-enter there,—
No thief so politic,
No Satan with a royal trick
Steal in by window, chink, or hole,
To bind or unbind, add what lacked,
Insert a leaf, or forge a name,
New-face or finish what is packed,
Alter or mend eternal Fact.


El Pasado
La deuda esta saldada,
el veredicto confirmado,

las furias aplacadas.

La peste está detenida.

Los destinos consumados;

Gira la llave y traba la puerta,
Dulce es la muerte para siempre.
Ni elevadas esperanzas, ni antiguos disgustos,
ni odios mortales pueden entrar.
Todo está ahora seguro e inalterable;
Ni los dioses pueden sacudir el Pasado;
Vuela – hacia la puerta adamantina
clausurada para siempre.
Nadie puede volver allí,
ni un ladrón muy atildado,
ni Satán con un truco espléndido
pueden filtrarse por la ventana, fisura o agujero,
para anudar o desatar, agregar lo que faltaba,
insertar una página, fraguar un nombre,
mejorar o terminar lo que está cerrado,
alterar o enmendar un hecho eterno.

9 de septiembre de 2014

Short Term 12



A veces se nos olvida que algunos problemas están más cerca de lo que creemos, aunque se muestren ocultos bajo apariencias y comportamientos que entran dentro de lo que en nuestra sociedad consideraríamos "normales".

El tema del maltrato, la marginación y el abandono en niños y adolescentes podría dar lugar a un melodrama simplón y de lágrima fácil, aderezado con los cada vez más evidentes clichés de producción comercial norteamericana. Sin embargo, conseguir que la historia de estos chicos y las personas que cuidan de ellos agreda los sentidos del espectador y te conmueva como consigue hacerlo esta producción independiente tiene mucho mérito, sobre todo porque la línea que separa la realidad del efectismo de tales sentimientos es demasiado fina.
Los intérpretes brillan a la altura de las circunstancias, especialmente el personaje de Grace, interpretado con sobriedad y compromiso por Brie Larson, actriz con una firme carrera en televisión, que salva el reto de tener que superar con su trabajo, su dignidad y su actitud un pasado de maltratos que la persigue y la atormenta.

Información sobre la película de Destin Daniel Cretton aquí y aquí.